El Universal, agosto 10 de 2002

Desde 1894 los muelles de cartagena para el comercio exterior funcionaron en la península de Bocagrande, en el mismo sitio donde, en el periodo colonial, estuvo el carenero de “La Machina”. El 4 de febrero de 1930 un voraz incendio consumió el terminal de La Machina e instalaciones anexas.

En 1932 el Gobierno nacional, presidido por el doctor Enrique Olaya Herrera, contrató con la firma Frederick Snare Corporation, de Nueva York, la construcción de un moderno terminal en la isla de Manga. El contrato contempló algunas obras complementarias, como dragados en la bahía y en el Canal del Dique, así como la construcción de un puente para el ferrocarril sobre el caño de Bazurto. El Terminal fue inaugurado en enero de 1934. Para esa época el servicio de agua corría a cargo del Acueducto de Matute, que ya era insuficiente para la ciudad. Por eso Frederick Snare instaló una “casa de bombas” con un depósito para agua con capacidad de 10.000 galones, una torre de acero y encima un tanque, desde donde se servía el agua por gravedad. Las bombas eran eléctricas o movidas con un motor de gasolina, y podían impulsar hasta 500 galones por minuto.

Al inaugurarse en 1940 el acueducto de Cartagena, construido por “The Richmond Concrete Pyle”, la casa de bombeo, el depósito y el tanque elevado quedaron fuera de servicio y se procedió a desmontar el sistema. El nuevo acueducto abastecía a la ciudad y al puerto sin contratiempos, con agua de excelente calidad. El Terminal de Manga fue administrado por sus constructores hasta 1947, cuando lo recibió el Ministerio de Obras Públicas. La ciudad siguió creciendo, pero el acueducto permaneció con idéntica capacidad por muchos años. Como consecuencia, comenzaron los racionamientos y la baja presión del líquido en las cañerías. El Terminal, como toda la ciudad, sintió los efectos lesivos de un acueducto insuficiente.

En 1974 se celebró un contrato entre la Empresa Puertos de Colombia y las Empresas Públicas Municipales de Cartagena, mediante el cual las primeras asumieron la entrega y venta del agua a los buques y, como contraprestación, quedaron a su cargo el mantenimiento de redes y otras obligaciones. Durante un corto tiempo el servicio de entrega de agua a los buques mejoró. Pero finalmente las Empresas Municipales incumplieron sus obligaciones y desistieron del convenio. Así continuó “Colpuertos” operando la entrega de agua a los buques, hasta llegar a aceptar el suministro por particulares mediante el uso de planchones. Esa fue la situación que encontró la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena en diciembre de 1993, cuando los puertos fueron privatizados. Desde el primer momento la nueva entidad adelantó un estudio de redes de distribución, válvulas, escapes, medidores, etc.

Hoy el puerto cuenta con un sistema renovado de redes y cinco tanques de almacenamiento, con capacidad total de 1.200 metros cúbicos. Las bombas garantizan la entrega de 190 metros cúbicos de agua por hora. El líquido que se recibe del acueducto, ya tratado, se analiza y filtra y, en caso necesario, se procede a reforzar la concentración de cloro como garantía para los consumidores.