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Brújula del comercio internacional

Brújula del comercio internacional

Ricardo Ávila, periodista

Que han aparecido nuevos motivos de incertidumbre en la marcha del mundo es una afirmación difícil de controvertir. Ya sea por cuenta del surgimiento de conflictos inesperados y las tensiones geopolíticas, al igual que del calentamiento global o la revolución tecnológica, el planeta está sujeto a vientos cruzados que resulta indispensable analizar, por su incidencia en la vida diaria de países, empresas y personas.

Ese precisamente fue el propósito del panel virtual “Tendencias en el comercio exterior y recomposición en cadenas productivas”, convocado por Pórticolive a mediados del mes de octubre. Con la participación de tres especialistas en el tema fue posible no solo examinar lo sucedido en épocas recientes, sino mirar hacia un futuro en el cual están presentes no solo los riesgos, sino también las oportunidades.

Al respecto, Carolina Herrera, Directora de la Cámara Marítima y Portuaria de la Andi, señaló la existencia de retos asociados a una globalización distinta de las de comienzos del siglo. Esta se traduce, entre otras, en la relocalización de plantas, más conocida como nearshoring, que sucede en un contexto económico más desafiante.

Por su parte, Laura Clavijo, Directora de Investigaciones Económicas de Bancolombia, identificó el fenómeno de la fragmentación y la presencia de cambios estructurales que van desde el envejecimiento de la humanidad, hasta el aumento en las temperaturas promedio. Estos elementos influyen ya sobre los flujos comerciales, al igual que sobre orígenes y destinos de la carga.

En concepto de Natalia Gil, Líder de Investigación y Análisis del Puerto de Cartagena, aparece en el entretanto un desbalance entre la demanda de bienes y una mayor oferta de capacidad del sector marítimo y portuario. La especialista recordó un estudio de la OCDE que muestra como la proximidad geográfica pesa de manera creciente a la hora de escoger proveedores, algo que influirá de manera ascendente sobre las corrientes mercantiles.

Dentro del nuevo escenario, Colombia cuenta con elementos a su favor. Natalia Gil subrayó que al hacer la evaluación de la competitividad portuaria el país se ve bien, algo que también pasa con los criterios de conectividad y eficiencia. Aun así, el volumen del comercio exterior es relativamente bajo, aunque hay grandes posibilidades de mejorar para aprovechar el potencial en áreas como la agroindustria.

Puesto de otra manera, la capacidad portuaria nacional supera con creces los volúmenes del intercambio con el resto del mundo. Carolina Herrera agregó que hay espacio para más que duplicar la carga movida actualmente.

No obstante, una mejora exige trabajar en los demás eslabones de la cadena. Es decir, hay que seguir por la senda de la diversificación de las exportaciones, además de trabajar en costos de transporte, logística o procedimientos aduaneros. “Y no se puede olvidar la inversión privada, cuyo comportamiento reciente dista de ser el ideal”, agregó Laura Clavijo, quien recordó así mismo la importancia de la buena infraestructura.

Lo anterior implica que hay que adelantar una serie de tareas pendientes, a la luz de las tendencias señaladas. Si se trata de aumentar las ventas externas, Natalia Gil destacó la eventual instalación de fábricas y facilidades de procesamiento en las áreas costeras, junto con lo que se pueda hacer con mercados vecinos.

“Hay que tener mucha flexibilidad”, añade. “Por ejemplo, en un escenario de descarbonización podemos ser proveedores de opciones más limpias”, dice la ejecutiva del Puerto de Cartagena.

Laura Clavijo resaltó para el cierre la importancia tanto de la seguridad económica como la jurídica, elementos clave para promover la confianza. No menos importante es superar alteraciones como los bloqueos de vías, cuya incidencia es mayor ahora. En la medida en que se pueda avanzar en esos terrenos, será más sencillo desarrollar el potencial de Colombia en materia de comercio exterior.

Para concluir, Carolina Herrera insistió en las bondades del intercambio, más allá de los tropiezos de la globalización en un mundo fragmentado. Y en lo que atañe a la economía colombiana sostuvo que la transición energética abre otras oportunidades que vale la pena aprovechar. De ser así, esto podría llevar a una actividad portuaria más vigorosa que sea fuente de progreso adicional en un país que requiere convertir sus posibilidades en realidad.

Ver grabación del panel virtual “Tendencias en el comercio exterior y recomposición en cadenas productivas”