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Puertos: Nodos Estratégicos en la crisis global
Por: Natalia Gil, líder de Investigaciones Económicas del Grupo Puerto de Cartagena
“El mundo en crisis” es el mensaje que todos los días vemos en las noticias, en las redes sociales, en las voces de líderes de opinión y en las columnas de expertos. Y sí, es innegable que durante los últimos años han confluido una serie de factores coyunturales más otros tantos estructurales que nos tienen a todos con los nervios de punta. Ni que decir de la industria marítima y portuaria, donde hemos vivido en menos de tres años subidas y bajadas repentinas del comercio y casi en la misma línea, de los fletes, cambios estructurales en las líneas navieras, disputas geopolíticas en los mares, cambios en los patrones de consumo, el desacoplamiento entre China y Estados Unidos y hasta crisis climáticas que nos desordenan todo, nos desvirtúan las proyecciones y nos ponen a pensar si es momento de hacer un alto en el camino para esperar que se calmen las aguas.
La pregunta que me hago en este momento frente al rol de los puertos es: ¿De verdad hay que hacer una pausa?
En tiempos donde las crisis geopolíticas como la guerra entre Rusia y Ucrania y ahora la más reciente crisis del mar Rojo, amenazan el cumplimiento de los itinerarios del transporte marítimo (que por cierto están en el 51% frente a un casi 80% antes de la pandemia) y ponen en jaque los planes de millones de importadores y exportadores, los puertos se convierten en ese espacio físico donde la eficiencia, la productividad y la flexibilidad apoyan los procesos de comercio exterior. Se hace necesario, entonces, anticiparse a desarrollar infraestructura alineada a las necesidades futuras en términos de tamaño de barcos y tendencias del comercio, implementar tecnologías que permitan atender los buques en el menor tiempo posible y optimizar el uso de los muelles y estructurar procesos que agilicen y faciliten las cosas para los dueños de la carga. La inversión no debe parar.
Ahora, en una era definida por avances tecnológicos, cambios en los patrones de consumo y evoluciones en las tendencias del comercio, el entorno marítimo se ve impulsado hacia una mayor colaboración e integración de procesos logísticos. En este escenario, los puertos son los llamados a asumir un papel crucial al liderar la creación de ecosistemas empresariales fundamentados en la innovación, las tecnologías y el desarrollo de soluciones logísticas que aporten valor agregado y generen economías de escala para toda la industria.
Los puertos chinos son un inspirador ejemplo de esta visión. En diversas regiones de China ha surgido una vibrante economía digital que contribuye de manera significativa al progreso de diversas ciudades portuarias. Este impulso se refleja en la construcción de puertos de clase mundial, el fomento del crecimiento industrial y el establecimiento de zonas piloto de libre comercio que estimulan las exportaciones. En un contexto donde nuevas oportunidades como el nearshoring se presentan debido a las tensiones comerciales, la cohesión entre los puertos, el desarrollo empresarial y el comercio exterior adquiere una relevancia aún mayor. Este enfoque integrado se erige como un catalizador esencial para aprovechar las posibilidades emergentes y afrontar los desafíos contemporáneos de manera efectiva.
Y finalmente, en un contexto en el que las metas de descarbonización para la industria se perfilan como ambiciosas, costosas y complejas, los puertos se presentan como el epicentro estratégico de este proceso.
Según un estudio de la UNCTAD, en promedio, el 40% de las mercancías que pasan por los puertos están relacionadas con la generación energía. En los puertos convergen los barcos (transporte marítimo), los camiones (el transporte terrestre), los ferrocarriles y la industria (que produce los bienes y servicios que se comercian). Así que su función va más allá de ser simples puntos de carga y descarga; son centros neurálgicos para la transformación hacia prácticas más sostenibles. El suministro de combustibles limpios, la electrificación de infraestructuras portuarias, la integración de energías renovables y la adopción de tecnologías de manejo de carga más eficientes son pilares esenciales en la estrategia de descarbonización de la industria y se convierten en nuevas oportunidades de diferenciación para los puertos en un entorno cada vez más competitivo.
Entonces, ¿por qué ver el vaso medio vacío si podemos verlo medio lleno? Aunque suene a frase de cajón, las crisis siempre traen oportunidades para quienes estén preparados.
De ahí lo estratégico que es para una nación y la economía contar con puertos competentes. Los puertos son nodos fundamentales para el transporte, la integración de los procesos en la cadena logística y de transformación energética. Me aventuré a buscar en el diccionario los distintos significados de la palabra nodo y los resultados lo dicen todo: en geografía es el “espacio donde convergen varias redes de transporte”, en el campo de la electricidad es “un punto de conexión entre dos o más elementos de un circuito”, en informática un nodo es un “punto de intersección o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar” y en física, nodos “son cada uno de los puntos que permanecen fijos en un cuerpo vibrante o un movimiento ondulatorio”.
No es difícil afirmar entonces que, en la industria marítima, los puertos son puntos estratégicos para la estabilidad y seguridad de los barcos que surcan mares cada vez más inciertos, para el comercio que se ve sometido a fuerzas contradictorias ajenas al libre mercado y para las naciones que encuentran cada vez más desafiante impulsar su comercio exterior. No es en vano que la expresión "puerto seguro" se utilice en los contratos de fletamento con un enfoque legal. El puerto seguro “es aquel que garantiza que el arribo, estancia y zarpe del buque, se dé en condiciones que garanticen que éste soportará los menores riesgos posibles”. Gigantesco reto, pero más grande aún la oportunidad.