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Nuevos encadenamientos y economía circular de los plásticos

Daniel Mitchell

Por: Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos

La industria del plástico ha sido, por varios años, uno de los puntos prioritarios en la agenda de los debates ambientales que se han dado, y que se dan con cada vez mayor intensidad, tanto en Colombia como en el resto del mundo. Aunque estas discusiones -complejas en ocasiones- han propiciado un cambio de mentalidad y de mayor consciencia en las empresas y en los consumidores, y han generado las condiciones para acelerar la transición hacia la economía circular en esta industria, es innegable que el debate también ha significado un estima injusto sobre los plásticos; un material casi milagroso que ha mejorado de manera incuantificable las condiciones de bienestar de la población y que es, hoy en día, un factor esencial de la vida moderna.

Y lo seguirá siendo. Es más, el plástico es tal vez el material de mayor importancia de cara a la transición de la humanidad hacia modelos de existencia verdaderamente sostenibles. Los productos de plásticos son esenciales en la salud, en la prevención de enfermedades, en la agricultura, en la alimentación, en la construcción, en la generación de energía, en el almacenamiento de agua, en las comunicaciones, en los aparatos eléctricos y electrónico, en la construcción, en el transporte, entre muchas otras aplicaciones. Es un material económico que mejora el bienestar de los grupos poblacionales más necesitados. Y es también un material eficiente en su consumo de agua y de energía, es decir, cuenta con una baja huella de carbono e hídrica en su producción y transporte; es muy liviano, lo que representa una ventaja ambiental frente a otros materiales sustitutos.

Colombia debe ser consciente de las inmensas oportunidades que pueden significar los encadenamientos productivos del plástico y aprovechar que ya cuenta con una industria petroquímica consolidada, con un sector de reciclaje de materiales plásticos en crecimiento y que emplea los mejores estándares globales, y con una industria transformadora de las resinas plásticas que cuenta con décadas de experiencia, personal altamente cualificado y mucho conocimiento técnico.

Naturalmente, el desarrollo de estas oportunidades debe llevarse a cabo bajo parámetros de sostenibilidad. De hecho, la sostenibilidad representa también una oportunidad para la industria plástica colombiana. Los productos que nacen a partir del ecodiseño y que incorporan materiales reciclados son cada vez más demandados nacional e internacionalmente. En este frente, Colombia lleva cierta delantera frente a otros países de la región. Nuestra capacidad instalada para el reciclaje de plásticos es robusta, las inversiones vienen creciendo, la regulación se encuentra en marcha y

contamos con una población de recicladores de base con mucho conocimiento y buena cobertura del territorio.

Así que, ante la pregunta ¿plástico o ambiente?, la respuesta debe ser plástico y ambiente. Debemos aprovechar las bondades económicas, sociales, incluso ambientales que ofrece el plástico, y las oportunidades que puede representar para Colombia, pero naturalmente sin desorientarnos en seguir afianzando la sostenibilidad y la economía circular en esta industria.